Anna está situada en un lugar privilegiado, de frondosa vegetación, paisajes únicos y  donde afloran una gran cantidad de aguas de acuíferos que hacen de éste, su mayor atractivo. Una ruta por el lago de Anna y sus manantiales es uno de los lugares más codiciados para la práctica de turismo rural en el interior de Valencia.

La comarca del Canal del Navarrés, a apenas 70 kilómetros de la ciudad de Valencia, está considerada como uno de los lugares más bellos de toda la provincia . Repleto de una generosa naturaleza, es un lugar propicio para la práctica de excursionismo y  senderismo. Y es que, alquilar una casa de turismo rural en Anna, por ejemplo, es siempre una buena elección sobre todo cuando suben las temperaturas. Su lago es siempre una apuesta sobre seguro para una experiencia única.

Para acceder a Anna, se puede llegar a través de la A-7 tomando luego la CV-590 y acceder finalmente por la CV-580. Olivos, naranjos y cultivos de regadío nos llevan hasta la ruta de los manantiales del lago de Anna. ¿Por dónde empezamos? Sin duda, por La Albufereta, localizada a apenas un kilómetros al suroeste de la población. Un pequeño lago, que antes era un pantano,  y que hoy es uno de los lugares más tradicionales para la práctica de turismo rural en Valencia. Su profundidad puede ser de hasta 5 metros y la belleza de los sauces y chopos que la rodean dibujan un escenario paradisiaco. La Albufereta o lago de Anna llega a medir 300 metros de norte a sur y en su interior, brotan pequeños manantiales que renuevan constantemente sus aguas.

Siguiendo con la ruta de los manantiales del lago de Anna, nos vamos al Gorgo de la Escalera. Se trata de un gran cañón de profundas aguas cristalinas al que se puede acceder a través de 136 escalones y donde sus aguas forman la llamada gran cola de “El salto”, donde se encuentran las aguas más frías de Anna dada la poca accesibilidad del sol. Proseguimos a pie y nos trasladamos a Gorgo Catalán, un paraje cercano a la Fuente Negra y donde transcurren las aguas de la Sierra de Enguera.  Una gran cascada es su gran atractivo y uno de los mayores alicientes para la práctica de turismo rural en Anna. Y es que, desde su trampolín se puede lanzarse a las infinitas profundidades de sus aguas.

La Fuente de Marzo es otro de los manantiales que visitar que Anna. Aguas cristalinas sobre rocas de color blanco, ideales para los turistas más tranquilos. Mientras, la Fuente Negra está rodeada de gran vegetación y abundante agua a ras de tierra lo que hace la delicia del turista. Y, por último, la Bajada del Molino que nos conduce a las proximidades del barranco de Alcay y a una bella panorámica del Monte nero  donde antiguas ruinas de viejos molinos y fábricas se entremezclan con hiedras y árboles que han ganado la partida.

Pero, ojo, si quieres practicar turismo rural en Valencia y vas a Anna, no te olvides de también visitar su iglesia del siglo XVI, la ermita del Cristo de la Providencia del siglo XVIII y famosa por su extraordinaria belleza o el famoso palacio de los condes de Cervellón cuya primera datación remonta al año 1244.