Hoy nos gustaría hablaros de un lugar propuesto como Patrimonio de la Humanidad, Albarracín, localidad situada al suroeste de Teruel.

Sus calles empedradas, sus cuestas, que cuando las alcanzas ya estás más cerca de las nubes, y sus paisajes de noble naturaleza, hacen de este rincón de España una de las localidades con mayor belleza de la Península. Para los amantes del turismo rural es de obligada visita. Y si quieres disfrutar de un viaje lleno de historia, te recomendamos que lleves calzado cómodo, porque en Albarracín hay mucho que ver.

Llegar a este pueblo es llegar a un tiempo pasado que, por sus construcciones, podemos asegurar que fue mejor. Casas rorijzas, balconadas y portones de madera decorados con elementos de forja, pasadizos, arcos y calles empinadas como si de un lugar de cuento se tratase. Otra de las peculiaridades de este Monumento Nacional es que dispone de casas colgadas sobre la hoz del río Guadalaviar, un auténtico deleite visual para el visitante.

En este paisaje medieval no podemos dejar de ver la Catedral del Salvador (s.XVI), el Castillo del siglo XI, el Palacio Episcopal o la Plaza Mayor entre otras innumerables maravillas. Porque cada rincón de Albarracín y cada piedra que nos descubre algo nuevo es un sueño para los ojos que permanecen abiertos y enamorados de tanta belleza.

Y para cuidar tanta joya arquitectónica, esta localidad se encuentra rodeada de murallas del siglo XIV que sinuosamente acarician la naturaleza y nos conducen al Castillo y Torres del Andador.

Por supuesto, si quieres alojarte en casas rurales u hoteles rurales tienes oferta de alojamientos rurales en y cerca de Albarracín.

Un viaje rural del que volverás… Queriendo volver pronto. Porque Teruel existe, entre muchas cosas, porque Albarracín vive en él.