No lo dudes, alquila una casa rural en La Rioja y practica enoturismo. Las rutas de este turismo enológico, que tiene como objetivo potenciar y promocionar la riqueza de las diferentes zonas vitivinícolas, en este caso, de la geografía española, son cada vez más demandadas.

Al alquilar una casa rural en La Rioja no solo degustarás los mejores caldos que produce nuestra vid, también es un turismo relacionado con una vertiente cultural dónde prima la arquitectura y el arte de las bodegas y los edificios de la zona, el turismo gastronómico y un tipo de turismo más enfocado a la salud y a la belleza gracias a las pujantes técnicas de la vinoterapia. Conocer los viñedos y las bodegas no solo es una experiencia enriquecedora para el paladar, también lo es para tu bienestar.

Y si hablamos de vino y con Denominación de Origen, una región dónde este destaca es la Comunidad Autónoma de La Rioja. Solo en ella, se encuentran 600 bodegas que producen cada año hasta 250 millones de litros de vino, de los cuales el 85% son de vino tinto y el 15% de vino blanco y rosado. El aroma, la frescura y el excelente buqué de los Rioja son exportados a medio mundo y todo un emblema en esta región desde que a través de los romanos, los fenicios y los primitivos celtíberos trajeron el cultivo del vid a estas tierras que se dividen entre Rioja Alta, Rioja Baja y la Rioja Alavesa, perteneciente al País Vasco. El tempranillo, la garnacha y el mazuelo, son algunas de las variedades con más solera y más consumidas.

Opta por alquilar una casa rural y lleva a cabo la Ruta del vino más importante, la de la Rioja Alta, la zona vitivinícola por excelencia de La Rioja y de donde proceden parte de los caldos más prestigiosos de esta Comunidad. El río Ebro y sierras como las de Cantabria, del Toloño o Demanda son alguno de los puntos más importantes dónde descansar en alguno de los muchos hoteles-bodegas de la zona. Algunos pueblos importantes a tener en cuenta en esta ruta son Haro, Ábalos, Cenicero, San Asensio, Tirgo, San Vicente de la Sonsierra, Briñas, Cuzcurrita del Río Tirón. Briones (interesante su Museo sobre la cultura del vino), Casalarreina, Davalillo, Sajazara y Torremontalbo. En el viaje, se pueden contemplar además antiguas casas, iglesias, monasterios, antiguas fortalezas y los vestigios románicos de un pasado brillante.

En la Rioja Baja, podremos disfrutar de una ruta del vino que también tiene al aceite de oliva como parte importante de su atractivo. Los paisajes de la zona, junto a los cauces de los ríos Cidacos, Linares, Añamaza y Alhama, permiten disfrutar de una tranquilidad alejada del bullicio de la capital y además disfrutar de una rica gastronomía y rutas en senderismo y bici, por ejemplo. Así puedes alquilar una casa rural en Calahorra, la capital de esta región y clave para entender la historia del vino riojano, pero también se pueden visitar en la misma ruta otros municipios como Autol, Pradejón, Tudelilla y El Villar de Arnedo, u otros interesantes en las comarcas colindantes de Cervera,  Alfaro y Arnedo.

La Rioja Alavesa también ofrece una interesante oferta medioambiental y gastronómica sin igual. Los vinos de la parte vasca son igual de buenos que los riojanos y cada vez su posición en el mercado es más pujante. Son muchas las rutas que destacan aquí a la vez que el turista puede vislumbrar antiquísimos dólmenes o restos de poblados prehistóricos. Se sitúa al norte de la muralla de la sierra de Cantabria y la sierra de Toloño, que actúan como frontera del resto de Álava y al sur por el río Ebro, que la separa de La Rioja. Comprende municipios como Barriobusto, Laguardia, Lanciego, Kripan, Baños de Ebro, Oyón, Salinillas de Buradón, Páganos, Leza, Laserna, Yécora o Samaniego.