A poco más de 30 kilómetros de Santander nos encontramos con un municipio que ya en 1889 fue declarado conjunto histórico-artístico de España. También conocida como la villa de las tres mentiras, ya que ni es santa, ni llana ni tiene mar, alquilar una casa rural en Santillana del Mar es optar por uno de los rincones con más encanto a la hora de viajar a Cantabria.

Una razón de peso para viajar a Santillana del Mar y es que alberga las famosas cuevas de Altamira, una de las herencias más directas de los primeros pobladores de nuestro país. Considerada Patrimonio de la Humanidad, a lo largo y ancho de sus poco más de 28 kilómetros cuadrados de extensión -con una población de más de 4.000 habitantes- alberga auténticos tesoros arquitectónicos de incalculable valor como la joya del románico, la Colegiata de Santa Juliana del s. XII, la torre de don Beltrán de la Cueva, los palacios de Viveda, Mijares y Valverde o el cartulario o Libro de Regla de la Colegiata de Santa Juliana, entre otros muchos.

Con un pasado repleto de la más alta aristocracia santanderina, viajar a Cantabria y alquilar una casa rural en Santillana del Mar es recorrer su caso antiguo y presenciar restos de su esplendoroso pasado. Multitud de casas (de Bustamante, del Águila, de Leonor de la Vega, de la Archiduquesa, de los Hombrones, de los Villa…) y hasta ocho museos y salas de exposiciones entre los que destaca el Museo El Solar, que alberga una cantidad de instrumentos de tortura de la Inquisición española, demuestran una vida cultural como pocas. El botánico y el zoológico son otros de los puntos clave a tener en cuenta.

¿Y elegir este punto de Santillana del Mar como parada del Camino? ¡por supuesto! Por Santillana también pasa un ramal del Camino de Santiago y de paso una ocasión idónea para saborear su gastronomía típica. Como por ejemplo degustar la tableta con leche, un tradicional bizcocho con corteza de limón de sencilla preparación. También son tradicionales los quesos, quesadas y sobaos de la villa.

Y es que son estas las mejores opciones para reponer fuerzas tras recorrer alguno de sus parajes como la ruta de senderismo que une Arroyo y Ubiarco y donde se encuentran las ruinas de algunas casas que formaron la pequeña localidad de Morteo, antiguo pueblo enclavado en el territorio del municipio. ¿Te animas?