La Graciosa es un paraíso natural donde perderse por sus prácticamente desérticos 29 kilómetros cuadrados, cuyo horizonte lo dibujan sus dos únicos pueblos: Las Casas de Pedro Barba y La Caleta del Sebo.  Un lugar diferente para aquellos viajeros que en búsqueda de paradisíacas playas, quieren quedarse cerca de España y disfrutar a su vez de una calma que se vuelve, durante ratos, de una calma especial y dulcemente tensa. Visitarla es una experiencia única que puedes disfrutar al alquilar una casa rural en Las Palmas.

La Graciosa se encuentra relativamente cerca de la costa continente africana y conforma junto a los islotes de Montaña Clara, Roque del Este, Roque del Oeste y Alegranza, el archipiélago Chinijo. Y salvo sus dos únicas poblaciones, el resto de la isla pertenece al Patrimonio del Estado, estando su gestión adscrita al Organismo Autónomo Parques Nacionales.

Alquilar una casa rural en Las Palmas y viajar a La Graciosa solo es accesible por mar o por helipuerto, situado muy próximo a la Caleta del Sebo. Sus habitantes han vivido siempre de la pesca como único modo de vida y desde hace algunas décadas desde un turismo que aún sigue siendo minoritario.

Famosa por sus islas vírgenes, a ellas se puede acceder en barco (una embarcación llamada La Laja) o a pie. Hay varias, El Salado, un paraje rústico y aislado, La Francesa de arena blanca, la calmada La Cocina, y Lambra y Las Conchas con un oleaje digno para la práctica del surf. La Graciosa es, además, uno de los pocos rincones que aún existen en Europa sin asfaltar y por sus senderos, las curiosas bicicletas dispuestas a quedarse asombradas con el paisaje son, en ocasiones, las únicas presentes en el horizonte.

No fue hasta 1402 cuando llegó el primer hombre a estas tierras, el normando Juan de Bethencourt, eso sí bajo el mando de Enrique III de Castilla y asumida bajo soberanía del reino de Castilla y León en el Tratado de Alcáçovas de 1479. 

Alquilar una casa rural en Las Palmas y visitar La Graciosa es poder deslumbrase con la belleza de sus picos más altos desde donde contemplar la inmensidad del mar, Las Agujas, Montaña del Mojón, la Amarilla y Montaña Bermeja. Sin duda, un lugar para perderse.