Casi no hace falta decir que un lugar como el nuestro, rodeado de una exuberante Naturaleza, enclavado en un paraje como el de los Cañones del Ebro, resulta atractivo en cualquier estación del año. Cada momento proporcionará a la estancia un ambiente peculiar y los cambios que experimente la vegetación a lo largo del ciclo anual invitarán a repetir la visita para ir completando con cada una el imaginario que nos hacemos de los lugares que visitamos más de una vez.

No es lo mismo ver Orbaneja del Castillo y su entorno en los meses de primavera y otoño, cuando las lluvias han contribuido a que el agua baje en las cascadas con toda su fuerza, los árboles se visten de gala multicolor y los animales andan trajinando de aquí para allá,  preparándose para los meses más fríos; en invierno, cuando bizarras formaciones engarzan las cascadas, la desnudez de los árboles deja ver la profundidad del paisaje y el juego de luces y colores proporciona un ambiente más ensoñador; o en verano, cuando los bosques rebosan del bullicio de la flora y fauna y las suaves temperaturas dejan disfrutar las noches estrelladas.

Como casi NO hace falta decir todo eso, y como en cualquier caso es mucho mejor experimentarlo en persona, proponemos cuatro razones por las que pensamos que SÍ vale la pena una visita a La Puebla y su entorno.

Turismo de Naturaleza

Para los amantes de la naturaleza, los aficionados a las setas, a la flora y fauna en general, y la observación de aves rapaces, en particular, La Puebla es un campamento base ideal desde el cual emprender numerosas excursiones para explorar el entorno. Desde los primeros pasos que damos nos espera la rica vegetación de los bosques de ribera; desde el primer momento que abrimos la ventana de nuestra habitación podemos contemplar el vuelo de los buitres y otros rapaces e intentar distinguir en el entrañable concierto desde el bosque cercano las voces participantes; el ambiente húmedo que proporcionan el riachuelo, la cascada, las pozas y el propio Ebro en el fondo del valle dan cobijo a una gran diversidad de anfibios y reptiles. Es cuestión de echarle un poco de paciencia, quizá también hace falta algo de suerte, para ver algunos de los muchos habitantes animales del entorno.

Más información y algunos enlaces útiles para los amantes de la Naturaleza se encuentran aquí.

Turismo activo

A los más "inquietos" entre nuestros visitantes les espera una amplia variedad de actividades deportivas, comenzando con el senderismo familiar, para el cual, si no se quiere, ni hace falta coger el coche, porque desde el pueblo salen varias rutas de gran y pequeño recorrido, apropiados incluso para los huéspedes más jóvenes de La Puebla; pero también está la escalada, el piragüismo y, por supuesto, la espeleología, ya que el territorio cuenta con un gran número de cuevas, algunas, como la de nuestro pueblo o la Cueva de los Franceses cerca de Aguilar de Campoo, ofrecen visitas guiadas, otras son destino de asociaciones y clubs de aficionados espeleólogos. Se completa la oferta con las actividades más aventureras, como el puenting, el parapente o el rafting, que organizan algunas empresas del entorno.

Más información y algunos enlaces útiles para los aficionados al deporte se encuentran aquí

Turismo Cultural

A los atractivos que nos brindan la naturaleza y las posibilidades de desarrollar alguna actividad deportiva, se une el gran patrimonio histórico y cultural que atesora el territorio donde se encuentra La Puebla, y que nos permite un viaje en el tiempo hacia épocas pasadas. Gracias a los yacimientos que se encontraron sabemos que esta zona contó desde la prehistoria con la presencia del ser humano y aún podemos visitar en muchos lugares restos de antiguos poblados, construcciones funerarias o rituales. Si damos un salto hacia delante en la línea del tiempo, nos esperan las huellas que dejaron los romanos a su paso por estas tierras, otro nos lleva al Arte Rupestre, y el siguiente al Arte Románico. Un ameno paseo por la Historia de la Humanidad capaz de enganchar a los más jóvenes de nuestros huéspedes e incluso a aquellos de entre los mas mayores, que no siempre resistieron la tentación de hacer novillos en clase de Historia, porque una cosa es marearse ante una hoja de manual sembrada de definiciones, nombres y fechas de nacimiento, guerras, alianzas y conquistas, y otra bien distinta es andar entre rocas y helechos, entre romero y hayas, dejar volar la imaginación y escuchar lo que la tierra nos puede contar de lo que vio pasar.

Más información y algunos enlaces útiles para los que se interesan por el arte y la historia de este territorio se encuentran aquí.

Slow turismo

Pero La Puebla ofrece algo más que todo lo que hemos enumerado hasta ahora. La Puebla ofrece a sus huéspedes la posibilidad de desconectar de su vida cotidiana (si quieren incluso del coche, del móvil, de Internet y de la televisión) y de disfrutar del entorno con una "pasividad consciente", dejando que el tiempo pase sin más obligaciones que atender. Sabemos que muchos de nuestros visitantes, que vienen de las grandes urbes, sufren diariamente las prisas, las permanentes y aparentes urgencias que caracterizan la supervivencia y la convivencia en la ciudad, las contaminaciones atmosféricas, acústicas y lumínicas.
Para ellos, La Puebla es una balsa de tranquilidad. Les permite cambiar la banda sonora del tráfico por el silencio bullicioso de la Naturaleza, entregarse simplemente a contemplar en lugar de sentirse obligados a actuar constantemente: les permite recuperar la conexión con la Naturaleza, encontrar su propio ritmo, tanto si pasean por el paisaje sin meta fijada, disfrutando de cada instante, como si se dejan llevar por el murmullo juguetón del riachuelo o el gorgoteo más grave del río.

Es un lugar privilegiado para el descanso, para quien practica la meditación, pero también para aquellos que quieren aprovechar esta sensación de retiro para dedicarse a escribir, a estudiar, a dibujar o a leer de un tirón esta novela de 800 páginas o el librito de poemas para el que nunca encuentran el momento apropiado.